6ª SALIDA (5 JUNIO) – CANCILLER AYALA – QUEJANA

Con el comienzo de la insurrección por parte del hermanastro del rey, Enrique de Trastámara y debido a las continuas arbitrariedades del rey castellano Pedro, el futuro Canciller y su padre, se pasan a las filas de Enrique, comenzando una guerra civil en Castilla que pronto se iba a internacionalizar con la entrada de tropas francesas e inglesas que ya luchaban en la llamada guerra de los Cien Años.

El futuro Rey Enrique II “el de las mercedes”, en agradecimiento por su apoyo, le hace su consejero y le da títulos y prebendas, siendo en poco tiempo uno de los nobles más cercanos al futuro rey. Durante el reinado de Enrique es uno de sus consejeros más hábiles dada su gran inteligencia, elocuencia y habilidades negociadoras, y marcha por Europa como asesor y negociador en diferentes crisis de otros reinos europeos como Francia y Portugal, cuyos reyes también le conceden prebendas por sus servicios.

A la muerte de Enrique, queda como uno de los principales prohombres de Castilla en la Corte del hijo de éste, Juan I. En 1384, y debido a las apetencias del rey castellano por Portugal, se produce la batalla de Aljubarrota, donde la flor y nata de la nobleza castellana de la época, cae derrotada desastrosamente ante los portugueses, y donde Pedro, después de ser herido grave en la lucha, cae prisionero. Permanece preso en condiciones insalubres en distintas torres-prisión portuguesas por espacio de tres años. Es en esos años cuando tras meditar su miseria, escribe parte de de sus obras literarias más reconocidas, el “Libro de la caza de las aves”, un excelente compendio sobre cetrería y el llamado “Rimado de Palacio” un exhaustivo estudio crítico en verso de la sociedad y costumbres de su época, auténticas joyas literarias de la Literatura española y universal.

Tras su liberación, es colmado de honores por Juan I y prosigue con su actividad diplomática por toda Europa, negociando la paz entre castellanos y portugueses y entre castellanos e ingleses. En 1392, vuelve a Vitoria, dedicándose a la política local de la ciudad, entonces asolada por los problemas de luchas banderizas entre oñacinos y gamboinos y a escribir. Con el nuevo reinado del hijo de Juan, Enrique III, que le nombra Canciller Mayor del Reino de Castilla, vuelve de nuevo a la política internacional activa y estando en un viaje diplomático en 1407, muere de repente en Calahorra. Su cadáver fue conducido al panteón de la Casa de Ayala en Quejana, monasterio de dominicas fundado por su padre y donde sería enterrado en una magnífica sepultura que todavía hoy se puede ver en dicho monasterio.

A parte de sus obras anteriormente descritas, también escribió una “Historia de los Reyes de Castilla”, dejando por escrito sus experiencias políticas en los reinados de Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III, muy interesante históricamente. Y un libro sobre el “Linaje de los Ayala” sobre la historia de su propia casa, amén de otras obras sobre traducciones del latín de obras de Tito Livio, Boecio, San Isidoro de Sevilla, San Gregorio Magno, Guiddo de Colonna y Boccacio.

D. Pedro López de Ayala fue un ejemplo prototípico del cortesano renacentista europeo, que entonces comenzaba surgir. Hombre de armas, diplomático, y hombre de letras, trataba de igual manera a reyes que a plebeyos, siendo siempre un hombre afable, erudito y valiente, que vivió una época de continuas luchas e intrigas, en definitiva un hombre de su tiempo.

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