Mañana perfecta para andar con nuestras motos. Suelo limpio y seco, temperatura agradable y esa humedad ambiental que hace que nuestras máquinas de carburación del siglo pasado funcionen de maravilla.
El destino la localidad medieval de Frías. La ruta no por conocida aburrida: las curvas de Sobrón siempre invitando a bailar el vals, la siempre inquietante central nuclear de Garoña, y la fantástica vista del castillo de Frías desde la carretera, son cosas que vayas en la época del año que vayas, siempre impresionan.
Ocho motos, ocho sonrisas de oreja a oreja bajo el casco, había muchas ganas de ruta, y al final nos salieron 200 km. y es si que si, la ruta lo merece, ¿por qué no dar un rodeo?.
La próxima por San Fermin, ¿todavía no sabes lo que es rodar con nosotros/as? A qué esperas.