Una avispa con casco

Nota de prensa del CORREO 23/11/2010
Periodista: Joseba Fiestras
http://www.elcorreo.com/alava/v/20101123/cultura/avispa-casco-20101123.html

Una avispa con casco

El Vespa Club Vitoria Vintage celebró el pasado fin de semana su reunión anual y animó a los poseedores de motos clásicas a unirse a su asociación

Nació en 1946 y fue el empresario italiano Enrico Piaggio quien la bautizó cuando, al ver su diseño por vez primera, exclamó: «Parece una avispa». Y Vespa, nombre del insecto en romano, se quedó. En la década de los cincuenta del pasado siglo, varios alaveses poseedores de al menos una de esas motocicletas decidieron fundar una asociación y crearon el Vespa Club Vitoria. Hoy, más de medio siglo después, casi una veintena de paisanos han retomado la iniciativa de sus abuelos y el pasado fin de semana han celebrado la reunión anual del Vespa Club Vitoria Vintage, apéndice que han añadido porque en la nueva agrupación (tiene cuatro años) solo admiten a propietarios de Vespas y Lambrettas clásicas, no ‘tuneadas’ y anteriores a 1980.

Txetxu Sobrino es el presidente del grupo y lo suyo tiene historia, porque su padre conoció a su madre gracias a que la moto que conducía se averió. Junto a Vicente Lasaga, cuyo padre fue responsable de la asociación de los años cincuenta, Julio Romero y Javier Buesa forman la junta directiva y explican que han recuperado el club con una idea clave, «relacionar la moto con la cultura». Así, los socios realizan proyectos anuales como el de este año, que está dedicado a personajes ilustres alaveses. Escogen a gente como Sebastián Iradier o Félix María de Samaniego y realizan excursiones motorizadas a sus pueblos natales. La próxima cita será en breve. El protagonista será el ‘Sacamantecas’ y una cuadrilla de amantes de las dos ruedas motorizadas acudirá a Eguiluz, «disfrutando de la ruta, de los paisajes y con mucha tranquilidad en la carretera»», avisan.

Miembros del clan como Daniel López Tamames o Julio César Romero ‘Julius’ no faltaron al encuentro en el que se debatió acerca del proyecto que llevarán a cabo el próximo año. La junta propuso uno llamado Vespa Green, aprovechando el nombramiento de Capital Verde de la ciudad. Se trata de recorrer juntos zonas naturales de la provincia como el Gorbea, Valderejo o el Valle de las Salinas. Se sumaron a la cita amigos como Marisol Rodrigo, Roberto García, Alfonso Álvarez y José María Herrera, que coincidieron en opinar que lo que proclama el club es «una filosofía de vida». Hay otras asociaciones relacionadas con Vespas que tienen más vinculación con el movimiento musical Mod, pero ellos huyen de esto y prefieren volcarse en la tradición, promoviendo la conservación de modelos antiguos de motocicletas y animando a restaurar las más perjudicadas, sin que pierdan su esencia. «Tienen su encanto», aseveran casi a coro observando dos piezas aparcadas en la acera frente a ellos. Y no les falta razón, aunque ya advierten que para llevarlas hay que ir con tiento, «porque al llevar el motor a un lado está algo descompensada». Y explican el motivo de esa extraña ubicación: «Piaggio no podía, porque estaba registrado, poner el motor en medio, así que se decantó por un lateral para poder llevar a cabo su empresa», explican. La comitiva, una vez finiquitada la reunión, decidió continuar el encuentro de forma más jovial y convocaron a más simpatizantes en el bar Trafalgar, donde la noche se hizo aún más joven.